Inauguració exposició “Construir desde adentro” de Usue Belandia. Beca 17èFFCB

Inauguració 25 d’abril a les 20 h
L’exposició es pot visitar a la sala cava fins l’1 de juny 2024

Quiero hablar de por qué construimos, por qué vivimos como vivimos, de cuales son las condiciones materiales, sociales y ambientales que nos llevan a hacerlo y de cuáles son los entornos que nos lo permiten.

Llamamos autoconstrucción al fenómeno en el que los miembros de una casa construyen con sus propias manos o con ayuda de otras personas su espacio. La autoconstrucción florece en los entornos más salvajes de la ciudad volviéndolos domésticos. Es por esto por lo que en muchas periferias, las casitas se asientan una al lado de otra, como peldaños en una escalera, todas diferentes, pero parte de un conjunto.

Las casas se hacen con tiempo y a lo largo del tiempo, ya que la autoconstrucción es un proceso. Las casas nunca se terminan, se adaptan, mutan, cambian. La vivienda autoconstruida nace de la necesidad de cobijo, y no se entiende como un producto comercializable ya que no es reproducible.

Mano a mano y usando las propias, muchas personas colaboran en crear ese nuevo hábitat que les pertenece y al que pertenecen. Lugares que han transformado y que también han deformado sus cuerpos de tanto subir y bajar las enormes pendientes. Se genera una brecha en el espacio para que lo que se construye cuide a quien ha ido quitando todas las piedras que antes formaban parte de la loma donde ahora se asienta su cocina.

El ingenio, que surge fuerte en la autogestión y frente a la escasez de recursos, se aplica a la evolución natural de las familias y sus procesos. Las casas acaban siendo retratos, esculturas vivas que reflejan algunas vivencias de quienes las levantaron, de quienes las heredan. Son casas de pueblo construidas en la ciudad porque nacen de la migración, del éxodo rural, de la necesidad de sobrevivir en otro lugar, de tener que hacerlo con las manos.

Mi cuerpo recorre estos espacios, caminando los fotografío y me apropio de ellos, mi cuerpo también se vuelve apropiado para ellos. En una concatenación de reflejos, he ido aprendiendo, investigando, preguntando sobre lo fotografiado en un lugar y trasladándolo a otros. Volviendo una y otra vez sobre mis pasos. He recorrido el barrio del Carmel en Barcelona, la isla de La Palma, el pueblo de Ayamonte y la isla de Tenerife a lo largo de este tiempo. Me gusta pensar en esos cuerpos que construyen casas alrededor de sus vidas, es decir, en que esas casas están construidas desde adentro.

‘La casa es la persona misma, su forma y el esfuerzo más inmediato; yo diría su padecimiento. El resultado solo se obtiene por la presión continuamente reiterada del pecho. No hay una de esas briznas de hierba que para adoptar y conservar la curva no haya sido empujada mil y mil veces por el seno, por el corazón, con trastorno evidente de la respiración, tal vez con palpitaciones.’

Gaston Bachelard. La poética del espacio.